Siempre he odiado las personas que no se cansan de decir una y otra vez que lo antiguo es lo mejor. Y vamos, tienen mucha razón en ello: los carros aguantaban más en esas épocas (con pangas hechas de fierro), la música iniciaba su auge y su expansión, la educación y los valores estaban más firmes y presentes en el mundo. Pero no por ello no se le debe dar la oportunidad a nuevas bandas, géneros y expresiones, no por ello no deben de adaptarse a las condiciones del medio, no por ello se deben encerrar en su burbuja setentera-ochentera.
Lo peor, es cuando se refieren a la música. Gente que no pasa de Metallica, Pink Floyd. No pueden ver más allá del límite. No, no se trata de buscar quién es mejor, no se trata de ver quien fue primero. Se trata de disfrutar. Nada mejor que disfrutar la música en su momento, nada mejor que adaptarse a lo nuevo y nada mejor que disfrutar joyas pasadas. Estar dentro de un abanico donde no existe tiempo ni espacio.
Es por ello que hoy quiero hablarles de un solista que conocí hace poco: Gary numan. A mediados de los setentas, Gary Numan empezó su carrera en Inglaterra (como casi todo lo bueno). Pionero en el electropop, maneja un estilo único, característico.
The Pleasure Principle, fue su primer álbum como solista, quien lo situó en el mapa musical. Canciones con teclados y síntes (Linn Drum Box) como instrumento principal, sumado a ritmos contagiosos y una voz con tonadas robotizadas lo hacen verdaderamente disfrutable.
Su look metrosexual/maniquí/muñeco le dan un tono aun más bizarro. Pruébenlo, The Pleasure Principle es para escuchar como música de fondo mientras se hace alguna otra actividad. Dénle una oportunidad.
Petardos: 4 de 5
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