Jueves 13 de Mérida, Yucatán.
Cuando mis hermanos me informaron que la WWE, con su franquicia más famosa RAW, llegaba a la ciudad vecina de Mérida, no lo pensé dos veces. La lucha libre me gusta, sobre todo la mexicana. La única forma de explicar la cultura mexicana es en una arena de lucha libre. La WWE me gusta, pero nunca he sido fanático. Es más, se me preguntan, no puedo nombrarles a 10 luchadores activos que no sean las leyendas de antaño. Pese a todo la oportunidad era imperdible.
Mi hermano, Ah Kin (Dios del Sol de Maya), se aventó un viaje desde Tuxtla Gutiérrez Chiapas, para estar en el evento. Todos los integrantes varones de la familia estábamos listo para partir.
Después de un viaje lleno de lluvia y de caos en carretera, llegamos a Plaza Galerías. A las 4 pm se presentaban dos superestrellas a una firma de autógrafos: Evan Bourne y Kofi Kingston, actuales campeones de parejas de la WWE.
Después de conseguir nuestros brazaletes con nuestros boletos para el evento, nos formamos por dos largas horas. Aquí la llegada de las superestrellas:
Realmente no me interesaban sus firmas. Para ser sincero, no recuerdo haber visto a Evan y a Kofi luchar en tv. Pero subí decidido a incrementar mi acervo de autógrafos (espero algún día me saquen de pobre). La fila estaba llena de niños y jóvenes geeks con sus muñequitos coleccionables, playeras, posters, juegos de Xbox, gorras entre otros. Al inicio me sentí incómodo de estar rodeado de niños y yo en medio con mi panza chelera y mi cara de estar-hasta-la-madre. Astutamente tomé a mi sobrino del brazo y fingí ser un padre amoroso que cumplía el deseo a su hijo. La pena desapareció rápidamente, al ver llegar señores más panzones y barbones fritando de emoción y moviendo sus revistas al acercarse la hora de la firma de autógrafos.
La firma de autógrafos se desarrolló sin problemas. Desde aquí la organización (a cargo del staff de la WWE) ya daba muestra de lo perfeccionistas que son, salvo un par de guaruras que apresuraban a todos, que dicho sea de paso, eran mucho menos fornidos e intimidantes que los luchadores.
Mis artículos autografiados
A las 5 pm y con autógrafo en mano, corrimos al estadio Kukulkán, del otro lado de la Ciudad. No había tiempo para almorzar. Una hamburguesa en el estadio sur nuestro plan perfecto para llegar a tiempo a ganar nuestros lugares.
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