domingo, 24 de julio de 2011

El orgullo excesivo

Hasta el día no soy padre. Algún día lo seré y estoy seguro que me llenaré de orgullo y trataré a mi hijo como mi gran primogénito. Sin duda ser padre debe ser una de las emociones más grandes de esta vida. Sin embargo, estoy hasta la madre de los padres excesivos.

Tengo un pariente lejano y una vecina que de plano llevan su orgullo a niveles intolerables. Estos padres y madres no dudan en lucir en cualquier segundo a sus hijos por absurdo que sea. Mi vecina no pierde oportunidad para sacar a la plática a su hija de dos años de edad. Durante esos dos años no hay día que no la vea y mencione a su retoño. “mi hija ya come 5 onzas, tiene que ser fuerte” “pues fíjate que mi hija aprendió a caminar bien rápido, para mí que será corredora profesional” “Mi hija se queda escuchando horas a Dady Yankee y a Shakira, para mí que será artista”, como si esos cantantes artificiales fueran artistas, es más, el DIF debería de quitarle a su hija por exponerla a ese tipo de música. “Mi hija apenas me ve que llego del trabajo dice abu amá abu, me está dando las buenas tardes”; “Mi hija vomitó, mi hijita duerme mucho”…. Pfff. Por favor, cualquier banalidad de ese tipo saca de sus casillas a cualquiera. He tomado la decisión de salir de mi casa y tratar de evitarla antes que mencione la nueva gracia de su hija.

Mi primo lejano es peor. Lleva 8 años de su vida tratando a su hijo como el próximo presidente de México, chicharito o premio nobel. “Mi hijo ya sabe cambiarle a la tele con el control a sus canales favoritos”, ja, mi sobrina ponía DVD a los 4 años. “Mi hijo ya sabe usar un celular, es reabusado”, mi sobrino la misma edad ya usa facebook, twitter a través de su celular (nada presumible, pero lo expongo por fines de capacidad).

Entiendo que sean su orgullo, pero eso debe quedar con ellos, o cuando sea merecido. Presumiré a mi hijo cuando sepa los planetas a los 3 años, el nombre de todas las capitales de los 32 Estados a los 4 años, sepa leer y escribir a los 5, sea el líder goleador del América a los 16, entre otras hazañas. Pero no fuera de eso no hay nada que gritar a los cuatro vientos.

El halago propio es vituperio.

1 comentario:

Dinora dijo...

Asi es!.. pero igual hay una frase que dice.. "Sólo hay un niño maravilloso en el mundo y cada madre lo tiene.. ", así q a veces aunque no sea justificable.. es entendible.. bueno el post