Ya instalados en Hecelchakán nos acomodamos con un cartón de chelas en casa de uno de ellos. Nos dirigíamos a la plaza de toros "la petatera". Durante el camino nos encontrábamos en la plaza principal. Toda una algarabía, parecido a un sábado de bando, conjunto musicales y tecladistas en cada esquina, puestos de comida, discos piratas, y neveras de cervezas por doquier. Gente por todos lados bailando, y medio Campeche saludándonos cual reyes feos.
Llegamos la petatera. La “petatera” es una plaza de toros hecha de manera artesanal a base de madera, troncos, huanos y puro amarre. No se utiliza un solo clavo en su elaboración. En el norte de Campeche (Tenabo, Hecelchakán y Calkiní) son de las pocas poblaciones que mantienen viva la tradición. Tres mil personas en una plaza de tres niveles. Realmente es sorprendente.
Gritos, emoción, cornadas, oles, y cantidades de alcohol industriales en toda la tarde. Ese Rodrigo Santos fue arrollado tres veces por un toro de mediano tamaño, poniéndome el Jesús en la boca y pasándome a ahogar con mis chelas. Durante la noche la tónica fue la misma, conocer amistades y amigos de nuestros anfitriones . Pronto estábamos rodeados de un par de decenas de personas para seguir la fiesta.
-Qué onda, tú eres Mussgo- me dice un desconocido.
-Este sí, que tal, disculpa no te ubico- Me disculpo.
-Ahh me llamo X, te conozco porque eres amigo de Juan Octavio, y soy su vecino. Siempre te veía jugar futbol por ahí y tomar tus chelas- Me comenta mi nuevo compañero de parrandas.
-Ahh, claro que sí recuerdo, un placer- Le miento.
Ya en la noche estaba hecho una sopa, nos reímos carcajadas con Pedro Infante (así se llama de verdad), un nuevo amigo de Hecelchakán quien contaba mil historias chistosas de ese pueblo. Al final tocaría el grupo Rayito Colombiano y la famosa disco, pero no estábamos en condiciones de seguir la fiesta.
Por cierto, grabé videos de la corrida y un video completo de cuando los carniceros reciben al toro recién ejecutado y lo despellejan, los descuartizan a hachazos, le quitan las víceras y luego lo parten en pedazos para su venta, pero no quise subirlo para no tener represalías de las asociaciones defensores de animales.
-Qué onda, tú eres Mussgo- me dice un desconocido.
-Este sí, que tal, disculpa no te ubico- Me disculpo.
-Ahh me llamo X, te conozco porque eres amigo de Juan Octavio, y soy su vecino. Siempre te veía jugar futbol por ahí y tomar tus chelas- Me comenta mi nuevo compañero de parrandas.
-Ahh, claro que sí recuerdo, un placer- Le miento.
Ya en la noche estaba hecho una sopa, nos reímos carcajadas con Pedro Infante (así se llama de verdad), un nuevo amigo de Hecelchakán quien contaba mil historias chistosas de ese pueblo. Al final tocaría el grupo Rayito Colombiano y la famosa disco, pero no estábamos en condiciones de seguir la fiesta.
Por cierto, grabé videos de la corrida y un video completo de cuando los carniceros reciben al toro recién ejecutado y lo despellejan, los descuartizan a hachazos, le quitan las víceras y luego lo parten en pedazos para su venta, pero no quise subirlo para no tener represalías de las asociaciones defensores de animales.
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