viernes, 11 de noviembre de 2011

Reseña WWE-RAW, Mérida, Parte II y última

Después de la firma de autógrafos llegamos al estadio kukulkán. La organización era muy buena. El estacionamiento, la fila, la entrada. El primer pero e la noche fue la restricción de no pasar cámaras. Ninguna, ni la más fea. La revisión era exhausta. Por supuesto muchos asistentes alegaban que no eran profesionales, argumento que sirvió de poco.

A las seis de la tarde el estadio se encontraba a medio llenar. Encontramos unos lugares en nuestra zona, graderías, pero lo más cerca posible del ring.



El segundo pero de la noche fue la falta de comida. No vendían comida adentro. Los únicos vendedores de chicarrones y cacahuates se aparecían cada hora. Lo que si nunca hubo falta fue la cerveza. Cada 50 mts. una nevera, como debe de ser.

El público se encontraba feliz. La emoción se transpiraba en todo momento. Niños con máscaras del rey misterio, sin casa, e incluso de Dr. Wagner o de octagón, no importaba, eso era lo de menos, lo importante era estar allá. El estadio se veía naranja. John Cena y su “U cant see me” reinaba en playeras y gorras. Señores emocionados esperando la salida de las Kelly Kelly y las divas. En un ambiente de camarería las personas a nuestro alrededor especulaban si saldría Sin Cara o Big Show (anunciados en un principio), otros diciendo que fueron al fiesta americana a verlos pero rentaron dos pisos completos del hotel y cerraron el Gimnasio por completo, algunos como nosotros presumiendo nuestros autógrafos y fotos de Evan Bourne y Kofi Kinston, en fin, el ambiente era el excelente.

El primer rugido del kukulkán se dio al llegar los dos autobuses de las superestrellas escoltados por la policía federal. Como si los luchadores necesitaran protección y en vez de estar buscando narcos o combatiendo el crimen.


Enseguida uno se da cuenta del tipo de calidad del evento. 8:30 en punto se apagaron las luces, con una puntualidad que los mismos ingleses envidiarían. Las palabras de voz en off daba la bienvenida en inglés, con las advertencias de seguridad hacia los niños “no intente esto en casa”, para dar inicio al juego de luces y pirotecnia rojo con la música de fondo.

El presentador oficia se hace presente anunciando a Zack Rider y a Maquintach. Para dar inicio a la velada. Que estuvo como sigue:

Segunda lucha: Primo Colon Vs Mason

Tercera lucha: Zwagler y Dolph Sigger Vs Kofi Kinston y Evan Bourne (campeones de parejas), con Vicky Guerrero haciendo de las suyas.

Cuarta lucha: Glamosona Vs Kelly Kelly

Semifinal: R-Tru y TheMizz Vs CM Punk y Morrison

De esas luchas las mejores fueron la de Kofi Kinston y Evan Bourne y la de CM Punk y Morrison.

Otro punto importante de la organización fue que no existía prensa ni camarógrafos amontonados sobre el ring. Solamente los luchadores, el réferi y el presentador se hacían presentes. Así mismo, las luchas fueron continuas, una tras otra. Apenas acaba una lucha, con la salida del ganador, anunciaban a los siguientes luchadores. Sin pausas, sin recesos, sin espacios vacíos.

Lucha Estelar

La noche llegaba a su clímax. Ricardo Rodríguez se hace presente para anunciar al nuevo ídolo mexicano. Alberto del río (ex Dos Máscaras Jr.), actual campeón de la WWE.

Aquí hare una pausa breve. Siempre lo había dicho: dos caras Jr. es un grande de las luchas. Siempre dije que le quedaba chico el CMLL y la AAA en México. Un luchador de 1.95, con un físico impresionante. Con una técnica sorprendente para su físico, sus bases de lucha grecorromana y lucha olímpica, mismo que lo llevaron a las olimpiadas de Barcelona 92 hacen que su lucha sobre salga ante todos los payasos/actores que se dicen luchadores. Así mismo, su paso en las artes marciales mixtas en Japón lo hicieron popular, e incluso llegó a ganar el campeonato en algún momento.


Alberto del Río es un personaje excelente. Es un mexicano millonario triunfador, arrogante, presumido, prepotente. Inicia la noche saludando a los asistentes, dejando en claro sus raíces y que, gracias a él, la WWE estaba en México, que estaba dando una lección a los gringos. Ya se había ganado su discurso cuando finaliza sus palabras hablando de los indios mexicanos, pues entre los perros hay razas y nunca le daría la mano a un intendente mexicano por ser inferior. Buena parte del público abucheó. En el fondo la música de fondo de John Cena se hizo presente con la salida del luchador. Los niños gritaban de emoción, pues poco le importaban apoyar al gringo con tal de ser el bueno. El dilema estaba presente: apoyar a Alberto por ser un mexicano chingón o a John Cena, el ídolo e todos los niños, el Técnico.

La lucha estuvo larga, por demás buena. El momento culminante para mí para el suplex, llave predilecta de Alberto del río a John Cena. Al final, justo cuando iba a ganar John Cena en una cuenta de tres, después de una lucha exhausta, interviene Ricardo Rodríguez (el patiño) para acabar la lucha en descalificación y, con eso, asegurar que no se pierda el título de la WWE, claro, todos sabíamos que en eventos de provincias ningún título cambia de manos, a pesar de estar en juego.

Al final, todo salió como lo planeado., Los luchadores salieron a hacer lo suyo, sin escatimar en esfuerzos, lances y llaves. La organización de primera y una producción que hace quedar mal a las luchas mexicanas. La pirotecnia, luces, sonido, todos coordinados, nos transporta a un sitio lejano, muy lejano de nuestro país.


1 comentario:

El Kaskep dijo...

Chido, carnal. Saludos del Kaskep.