martes, 23 de marzo de 2010

Águilas

En México naces sabiendo jugar futbol y es obligatorio tener un equipo en primera división al cual seguir. Desde pequeño he practicado el fútbol. En mi caso, desde que tengo uso de razón le he ido al mejor equipo que esta nación ha dado. Me refiero, naturalmente a las poderosas Águilas de América. A mi parecer el equipo con mayor afición. Tal vez el único equipo que pueda quitar el lugar del más popular sean las Chivas, ya saben que hay muchas personas que no saben de fútbol. Pero sin duda, las águilas de América es el equipo más odiado. Todos le quieren ganar al mejor equipo.
Desde pequeño mi afición al mejor equipo

Siempre he tenido en mente ir a un clásico o a una final del América en el estadio Azteca. Hasta ahora no he tenido oportunidad. Nunca había podido ver a las águilas. Para los que no sepan, Campeche se encuentra fundido en una región lejano del DF, y por ende, de muchos espectáculos deportivos. Incluso, el sur de México tiene pocos exponentes de fútbol en primera división. Hace aproximadamente dos años el Atlante vendió la franquicia y se traslado a Cancún Cantina Roo. Y al fin, el pasado sábado 13 de marzo, los astros se alinearon con un puente gracias a Benito Juárez y al fin pude asistir al partido Atlante-América.

Dos de mis mejores amigos viven en Cancún y Playa del Carmen por cuestiones laborales. El tour estaba listo. Salí acompañado con Recc decididos a apoyar al América. No haré mención de todo el viaje a Cancún que incluye snorkel, nadar con un tiburón, coco bongo, playa, entre otros. Me centraré el partido. Estábamos en el departamento de E, americanista como yo. Saqué mis tres camisas de las águilas. M se unió al desmadre y dejó su afición puma por un lado. Recc fue el único que se resistió y prefirió sacar al americanista que lleva dentro para otra ocasión.

Salimos del depa a tres cuadras del estadio. Eran las 530 pm. Ya se sentía el ambiente desde los alrededores. Íbamos caminando, yo con la bandera de 1.5 m x 1.5 m amarrado en el cuello como capa. “Perros” fue el primer insulto al llegar a la primera cuadra. Durante el camino recibimos mentadas de madre, cláxones de apoyo. Una cuadra antes del estadio, ya la mayoría era amarillo y así permaneció incluso durante el partido.

Debo decir que el acceso al estadio está muy bien custodiado y ordenado. Una fila de 10 min y ya estábamos en nuestro asientos. Naranja VIP. Teníamos buenos lugares a pesar de llegar algo tarde. El estadio es pequeño. Se puede disfrutar el partido desde cualquier ángulo.

Aquí pueden observar la cercanía de nuestro lugares

El ambiente se siente desde los entrenamientos de los equipos. Las porras iniciaban a organizarse. Silbatazo inicial. El partido transcurre sin mayor emoción. En general, debo decir que un partido en vivo se disfruta diferente. No hay una voz narradora que le agregue emoción. Las jugadas se ven lentas y solamente sabes si hubo peligro o no por la reacción del público. Pero tiene como ventaja que tienes una panorámica completa del terreno de juego. Se puede apreciar a la perfección las líneas y la formación de cada equipo, incluso cuando ocurre un cambio y hacen un reacomodo en alguna fila.

Las porras estuvieron presentes todo el tiempo. La mayoría del estadio era amarillo. La monumental tenía su representación poco nutrida atrás de la portería norte. Tenían globos, banderas, una foto grande del Chava Cabañas y el tradicional “vamos, vamos América”. Los pocos seguidores del atlante se situaron atrás de la portería sur. Un pequeño grupo de seguidores, que desde el primer silbatazo, no dejaban de brincar y cantar “ole, ole, ola”. Los tambores se escuchaban en todo el estadio. Que aguante de esos tipos.

La porra del atlante, los ganadores

La monumental con su presencia

Nuestros lugares quedaron junto al pasillo. M, se tuvo que conformar todo el primer tiempo con ver pedazos del partido entre vendedores y gente que llegó tarde. El partido transcurrió con un dominio americanista. Cayó el primer gol al minuto 35 del primer tiempo. Grité como nunca el gol. El estadio te envuelve en el grito, Son 10 segundos de júbilo.

Medio tiempo. Una travesía ir al baño. Imagínense 10,000 borrachos (considerando que la otra mitad no toma o no fueron en ese momento) tratando de orinar en 15 minutos.

Segundo tiempo. El América al minuto 55 acierta el segundo. Le comento a E “ya chingamos, nuestro primer partido del América y ganarán seguro”.

Futbolísticamente rescato la velocidad del hobbit, que bárbaro con ese chaparro. Despedazó a los laterales del América, solamente Pavel le puso el freno; el negro Mosqueda, un verdadero toro arrollando atlantistas y el talento de Ángel Reyna, se aventó paredes, pases filtrados y par de tiros muy buenos.

El bebé preparando su dardo envenenado
El más ovacionado de la noche

En conclusión fue una gran experiencia. Lo mejor: la porra ruidosa del atlante, los 4 goles del partido y el cornetazo que aventaron desde la parte de arriba del estadio y que cayó justo en la nariz de una joven fresa de la primera fila por andar haciendo relajo con un fulano con la camisa de chivas. Muy reprobable y cobarde el acto, pero el tipo de camisas de chivas se la paso provocando imprudentemente a todos los borrachos americanistas a su alrededor.





Nota: A los 15 minutos del final el Atlante empató el partido 2-2.

4 comentarios:

Rodrigo Solís dijo...

Felicidades por el blog mi querido Mussgo. Eso sí, esa ropita del América te amaricona mucho.
Un abrazo grande y espero estar por Campeche muy pronto.

Anónimo dijo...

ke lindo !!! me gusto

felicidades tio!!! jajaja digo MUSSGO JIJI

Joaquin dijo...

jajaja rodrigo tiene toda la razón...te vez medio amanerado con esa blusitaa jeje...una de las chivas te kedaría mejor...

Mussgo dijo...

Me veo chingón. Todo un águila real emplumada.