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Crónica de una muerte anunciada

Hace unos días empecé a tener problemas en mi lap top, una DELL de un año de antigüedad. Nunca había tenido problemas con ella. De hecho, hoy en día sigue siendo una lap muy potente, incluso superior a las que venden en el mercado (y no me refiero al Peter Saiz). Un buen día, hace una semana, presentó un problema: repentinamente dejé de ver videos de youtube. De hecho, no podía ver videos de ninguna página, incluso ni en mi blog. Las páginas las cargaba correctamente, pero en el espacio dónde debería de ver el video, aparecía un cuadro negro, son ninguna opción de play, daba igual si usaba chrome, firefox o explorer (en ese orden los uso).

Cabe señalar que mi antivirus, el que trae el equipo de fábrica, caducó hace un mes aproximadamente. De modo que estuve trabajando mi Lap sin protección, claro, bastó un par de juegos que descargué y un par de páginas para bajar discos para que viera cambios notables en mi equipo.

Total, durante dos largos días estuve visitando blog y foros de informáticos quienes daban la mejor solución al mismo problema. Lo intenté todo: volver los exploradores a su configuración inicial, desinstalar flash, volver a descargarlo, actualizarlo, descargar versiones especiales, etc. Al final, mis conocimientos informáticos son similares a mis conocimientos teoría cuántica, es decir, sé lo suficiente, pero no tanto como para ser un experto.

Cuando necesito ayuda avanzada, siempre recurro a mis contactos: mis fieles amigos que me ayudan sin condición. Llevé mi lap con un gran amigo, y le expliqué la situación. “Debe ser un códec que se eliminó” me comentaba. Le hice ver que no tengo antivirus y que de igual forma necesitaba una revisión completa. “En dado caso, podría formatear mi máquina, total, todos mis programas son recuperables, Solamente respalde mis documentos, allá tengo toda la información que necesito”, puntualicé.

La tragedia

Dos días después pasé por mi máquina. Una formateada fue la solución más viable. Entro a mi casa, enciendo la lap y empiezo a buscar mis documentos. No se encontraba. Busqué en mi Pc, en mis documentos, en mis archivos en red, nada. Le hablé a mi amigo “oye, no encuentro mis archivos”, le comento. “Claro que no, no respaldé nada, nunca me diste esa instrucción” me remata. En esos momentos se paralizó mi universo. Sentí como mi corazón se aplastó por un instante, fue como ponerle pausa con un control de tv al estilo bart Simpson mostrándole a lisa su crueldad a Martin. Mi visión giró 360 grados y escuchaba ecos por todos lados. Sentí durante varios segundos la sensación de caer de espaldas de torres de cristal. Cada que recordaba un archivo valioso, se aumentaba un piso, hasta llegar a una altura similar al de las torres Petronas. Es la pérdida material más fuerte que he tenido, aunque realmente es una pérdida virtual.

Había perdido todo, al decir todo es todo. He aquí un resumen de lo importante que perdí.

Durante toda la noche no dormí. Me sentía raro. ¿Saben cómo se siente un pájaro carpintero al ver que no es pino, si no roble su árbol? Yo tampoco, pero seguro se siente culero. No tienen idea. Es información muy valiosa. Nada más hacerme la idea de volver a empezar la tesis. Ni hablar de las contabilidades. Espero no lleguen requerimientos de ejercicios anteriores a mis clientes, pues he perdido todo. Si acaso ven que no posteo algo en varios días, quiere decir que el SAT hizo un requerimiento y huí del país, a exiliarme a Guatemala o Perú. Ni hablar de mis firmas, que no recuerdo ni una sola clave.

Ya lo sé. La culpa es mía por no hacer respaldo de los archivos importantes, menos cuando presentaba fallas mi equipo. Ya lo sé, déjenme en paz. Respecto a mi amigo, vámos, se lo dije, sin embargo estoy seguro que no lo escuchó o no lo entendió. Fue un accidente. Es un gran amigo y me ha ayudado en múltiples ocasiones en situaciones titánicas y maratónicas.

La luz, al final del túnel

Me pasé un día completo investigando si se puede rescatar la información después de un formateo. Todos los expertos en la materia coinciden en que se puede rescatar un 50-60%. Después de varias llamadas conseguí el teléfono de dos ingenieros especializados en recuperar información en casos similares, con experiencia comprobable. Al momento que escribo estas líneas desde otra computadora, desconozco si han rescatado algo.

No soy una persona muy creyente, pero… si estás en los cielos ¡Ayúdame Superman!

En el peor de los casos, no me queda más quela resignación. Me haré la idea de que me robaron mi lap y la recuperé en blanco, para hacer menos dolorosa la pérdida. Por favor, si lees esto, mírate en este espejo. Al menos puedo servir de mal ejemplo. Por favor, respalda tu información constantemente. Créeme, un par de clicks pueden salvar tu vida (como el cinturón de seguridad).