En las últimas semanas la vida social de México se ha debatido en un caluroso debate: el Tribunal Superior de Justicia de la Nación (TSJN) ha emitido un fallo: La adopción de niños por matrimonios homosexuales. En un país fervientemente Guadalupano, dónde es mejor vivir bajo las leyes que dictan la religión y la sociedad, en donde todos prefieren llevan una doble vida de infidelidad, lesbianismo, homosexualismo, violadores y asesinos en potencia, zoofilia, voyeurismo, entre otras actividades, es lógico que la gran mayoría esté en contra.
Hay análisis, debates, foros, asociaciones y blogs que han derramado tintas y levantado las voces al respecto. Muchos puntos de vista, todos respetables. Sin embargo, lo que más me sorprende son los argumentos tontos de la gente que está en contra.
Argumento 1: Todo lo que esté en contra de la naturaleza no es aceptable
Correcto, como tampoco es aceptable en sus vidas los lentes de aumento, los de sol, usar ropa, andar en vehículo, entre otros. Por cierto, sólo basta un par de palabras claves y de clics par a ver videos y documentales de animales teniendo sexo entre machos, ya sea en libertad y en cautiverio.
Argumento 2: Los niños tendrán problemas al no saber a quién decirle papá y mamá.
Pobrecitos niños. No sabrán cómo referirse a sus papitos. Los niños de hoy en ven caricaturas y series más complicados que la chingada. Mis sobrinos juegan en su Xbox, PSP y Wii, entre otras mariguanadas que ni yo entiendo, y ahora resulta que los niños no podrán entender que tienen dos papás o mamás.
Argumento 3: Los niños serán sujetos de burlas en la escuela.
Claro, como se burlan hoy en día sus compañeros por tener un papá albañil, carpintero, chofer, o por estar gordos, enanos, negros, o por andar en volcho o en camiones, entre otros. Por favor, las burlas son un problema cultural y conductual de los niños. Precisamente la educación de sus padres heterosexuales los ha hecho así.
Argumento 4: Los niños tendrán confusión y tendencias homosexuales al vivir bajo el ejemplo de padres del mismo sexo.
Claro, por eso mejor que vivan en hogares heterosexuales, dónde el padre lleve una doble vida y tenga amantes en varios lados, como buen mexicano. Por eso es mejor que vivan bajo una familia “normal” donde el padre se madree a la mamá cada que se emborracha. Es mejor que vivan bajo el maltrato heterosexual de sus padre, dónde les enseñen a evadir impuestos a robar, a ser irresponsables, sinvergüenzas, entre otras conductas y vicios. Por cierto, de los matrimonios heterosexuales han salido los homosexuales de hoy en día, vaya paradoja.
Siempre me he declaro respetable de toda preferencia sexual de las personas, siempre y cuando se brinden con respeto hacia mi persona y no sean de esas vestidas locas que faltan al respeto, como esas que me dieron una nalgada en Calle ocho cuando hace unos años… cof , cof. Sin embargo, hasta el día de hoy no me he pronunciado si estoy en contra o a favor de dicha adopción. Simplemente me he dedicado a escuchar puntos de visa. De lo único que estoy en desacuerdo, como mencioné al principio, es de los argumentos tontos que da la gente en que en contra, vamos, sean más contundentes y objetivos.
Para ser justos, tampoco creo que la adopción de matrimonios homosexuales sea la salvación de miles de huérfanos que se encuentran en los orfanatorios. Si de por sí en México es un desmadre adoptar. Creo que se debe de hacer un análisis exhausto de los posibles casos viables que puedan hacerlo. Así mismo, deben de hacer un estudio de las posibles secuelas psicológicas de vivir en un ambiente de esa naturaleza, en su caso, un estudio serio, objetivo y verificable y no las suposiciones que argumenta las personas.
Para finalizar les dejo dos escritos. El primero es del gran escritor Fernando del Paso. Un escrito que deja clara su postura de manera sarcástica. Dar click aquí.
El segundo escrito sin comentarios. Habla por sí mismo. Dar click aquí.
Vale la pena leerlos. Un contraste abismal.
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