Domingo, Triste Domingo

Sí lo fué, México perdió. Ante todos los pronósticos, los aficionados del fútbol y de la selección mexicana en el fondo se esperaba un domingo diferente, un día de celebración, de gozo o de un mejor desempeño, pero en cambio fue una tarde sombría y triste, un día que sucede cada 4 años.

No, no se tuvo la capacidad para ganarle a un equipo como Argentina que no puso todo su empeño para obtener la victoria. Unos minutos con buen desempeño, llegadas con peligro, un Bofo muy lento e inoperante donde estadísticamente hasta el conejo Perez corrió más que el. La magia de Messi, un error arbitral, caos y desconcentración, un ridículo de Ricardo Osorio, una genialidad de Tévez y un chispazo de talento del Chicharíto fue la historia del partido.

La misma historia que siempre, un dejá vu. Pero en esta ocasión dolió más y surgen los cuestionamientos, ¿Porque no optar en principio por los jóvenes y no por los experimentados? ¿Que hubiera aportado Ochoa o Michel? ¿Que puede aportar un naturalizado en mal momento que no puede aportar la nueva camada de futbolistas que tienen algo más que ganas de hacer las cosas? Cerrando la oportunidad para que se muestren y sea una vitrina para que salgan a equipos europeos y con ello mejor el fútbol mexicano a nivel internacional.

Los jóvenes son el futuro, no sólo en el fútbol sino en todos los aspectos de nuestra vida. Son los que construirán un país más digno, con una mejor calidad de vida para nuestros hijos y que en un futuro esperemos no muy lejano verán los frutos de los esfuerzos, pero en la medida en que los que ya están consagrados y que son los que dirigen el rumbo nuestro país, del fútbol mexicano y del deporte en general inviertan más la juventud y no a la mediocridad.

Ayer domingo no hubo celebración ni gozo, pero sí fue un domingo diferente porque despertamos a la realidad donde más que una tarde sombría, habrá una luz al final del camino, una nueva dicha, un nuevo objetivo por alcanzar, una nueva vida por esperar.