Todos a apostar en Campeche

Campeche está de fiesta. Por fin tenemos Casino y no me refiero a Chucho Pinto. El gran Casino Bingo 777 inauguró sus puertas hace un par de semanas. Filas de carros repletan todas las noches el estacionamiento y gran parte del malecón de gente arriesgada que quiere duplicar sus apuestas. Nunca me hubiese imaginado la cantidad de carros de lujo, convertibles y camionetas todo terreno en Campeche. Sin duda, un atractivo más para una ciudad tranquila. Una diversión para las noches en que no hay nada que hacer. Sin embargo, me salen las siguientes interrogantes:

Me parece increíble que Campeche, una ciudad tranquila, que no cuenta con cines (así es ninguno, los Hollywood no merecen ser llamados cines), que no cuenta con infraestructura restaurantera para ir a cenar los fines de semana, que sus discos y bares de fin de semana no rebasan los cinco (decentes) una buena noche se ve iluminada por los reflectores de un Casino. ¿No se supone que no hay capacidad adquisitiva en la ciudad?, ¿no se supone que el ingreso per cápita es de los más bajos del país?, ¿no se supone que no tenemos la población para que existan inversiones importantes en la ciudad? Saquen sus conclusiones.

La prohibición para instalar y operar casinos en México data del 24 de junio de 1938, cuando en un Decreto, el entonces Presidente Lázaro Cárdenas ordenó su abolición, justificando que, por su propia naturaleza son focos de atracción del vicio, de mafias y explotación por parte de apostadores profesionales. Sin embargo, el Ejecutivo Federal a través de la Secretaría de Gobernación, tiene la facultad absoluta y discrecional de autorizar los juegos con apuestas o prohibidos. Excelente, ¿bajo qué sentido la SG da permisos de operar algo fuera de la ley? Mejor aún, ¿no les parece curioso que los dueños de los casinos pertenezcan al grupo de poder del país?

¿Dentro del marco de la ilegalidad cómo es posible que operen los casinos? Pues bien, la Ley Federal de Juegos y Sorteos (LFJS) no prohíbe explícitamente los casinos, porque es una figura que nunca se menciona. Únicamente se prohíben los juegos de apuesta y de azar:

“Artículo 1. Quedan prohibidos en todo el territorio nacional, en los términos de esta Ley, los juegos de azar y los juegos con apuestas”. Por favor, todas las noches que paso por el malecón veo un letrero de dos metros por doce enfrente del edifico con las palabras “CASINO”. Perdón, pero todos los juegos de un casino están condicionados al azar, a la probabilidad de que ocurra o no un evento. Si no es así, hay que cambiar los conceptos estadísticos de todo el mundo para poder hacerlo legal.

Los juegos que actualmente la LFJS permite se definen en su artículo 2: “Sólo podrán permitirse: I. El juego de ajedrez, el de damas y otros semejantes; el de dominó, de dados, de boliche, de bolos y de billar; el de pelota en todas sus formas y denominaciones; las carreras de personas, de vehículos y de animales, y en general toda clase de deportes; Los juegos no señalados se considerarán como prohibidos para los efectos de esta Ley. " Por cierto, ninguno de los juegos permitidos se encuentran en los casinos curiosamente.

Por otro lado, La Ley de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) en su artículo 2 fracción II inciso b menciona “La tasa del IEPS para los juegos con apuestas corresponderá al 30%”. Por fin, ¿no que literalmente los juegos con apuestas están prohibidos? Queridos diputados, pónganse de acuerdo. Se ven estúpidos prohibiendo los juegos con apuestas y por otro lado quieren recaudar impuestos de un actividad ilegal, ja.

En fin, para eso los mexicanos nos pintamos solitos, para hacer leyes incongruentes, permitir figuras fuera de la ley y otorgar derechos no permitidos. No estoy en contra de los casinos, es más, ni siquiera sé si me gustan o no. Simplemente me inconformo con la forma de actuar y la manera en que se concesionan estos permisos.

Como dato cultural hace unos años los dueños de los Casinos Caliente, compraron el equipo de fútbol Dorados de Sinaloa (Estado natal de los dueños). La Federación Mexicana de Fútbol se los prohibió un año después pues no se puede ser dueños de casinos y casas de apuesta y controlar equipos profesionales en el deporte.

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